Primus
May 20, 2009
Humberto Ankli López Amida
Subleva Grecia
marzo 13, 2009
[A Ramiro]
Tu estadio niega
tu propia pesadumbre.
Tus “patriotas” desprecian
tu patria y te niegan a ti misma.
Mantas negras ondean el
colorido escenario de la revuelta;
telas rojas el pomposo
venir de nuevos ardores.
¿Cuál es la tortura
que tienes en tu espíritu que
defiendes, cual todo caballero
medieval, a capa y espada el privilegio?
Menester es que dejes
tu existencia y se turbe
dentro de un gran abismo sin
regreso ¡que los valientes
laboriosos derrumben tu sangre!
Sobre ella se levantará un solo
cuerpo caminando hacia el
infinito y explorando
nuevos bríos.
Arrastrada suavemente la sangre
por el viento, la brisa negra de
los indómitos se extiende al infinito.
Los zapatos se vislumbran
corriendo en la barricada,
buscando arrastrarse
sobre su propia zanja.
Humberto Ankli López Amida
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Musa
marzo 12, 2009
Pasando entre las montañas,
sacudiendo la cristalina tela
que presumen en su túnica,
barriendo la brisa del
viento viajando intrépidamente y
explorando el corte de los árboles,
a la intemperie dejando los
susodichos polvos mágicos;
Con su rostro, vislumbrando
las sombras de las hojas,
observando al plácido escritor
explorar en su tinta de sangre
el entorno que lo circunda;
En la ficción, en la
imaginación, ¡Oh, Musa!,
que no en el ecenario,
te apareces
Humberto Ankli López Amida
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Decirme, viento insubordinado
marzo 9, 2009
Decirme, viento insubordinado
que viaja entre la multitud,
desentraña las ramas de los árboles
y espía prolijamente las praderas;
¡Viento! Contarme, tú que aspiras
a ser vigilante sucesivo de la humanidad,
que empujas el cauteloso entrar
magnánimo de la oscuridad en la vida
nocturna de los desesperados, y
cuan suave palma acaricias los
tobillos de hermosas mujeres cuando
se encuentran en el sueño:
¿Cuál será el negro desenvolvimiento
de la humanidad?
No es oscura en realidad su negrura,
¡que tu respuesta genera
más incógnitas, y mis preguntas
multitudinarias cuestiones en la fila
de la interrogación!
Atolondrado es mi pensar al
cuestionarte a ti, que
sólo observas el suceder histórico
del entorno, si el negro tiene
claridad o el blanco oscuridad
— la óptica del metal
genera tergiversaciones visuales
que azoran el mal color
del entorno—, pues tus partículas
son parte del acontecimiento y,
en cuanto tal, forman parte del gentío.
¡Ah! Sabrás, Moléculas-consolidadas
en-un-solo-elemento, la banalidad de mi pregunta,
pues a tijerazos la muchedumbre partirá
el hilo que ha privado al hombre volar,
a la par, contigo.
Humberto Ankli López Amida
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Luz
febrero 18, 2009
Luz que ha dejado de parpadear;
luz cuyo reflejo se ha
quedado estéril en el
tremendo vacío.
Incognoscible, se ha
convertido en una chispa
disuelta;
Intangible, ha posado
– con villanía de transcéunte-
sobre la arena; se ha
quedado – y quedará –
durante la movilidad
de las manecillas,
en el añejo abismo.
¡Oh, luz! La fuerza
conductora por cuyos
cables se disipaba
y esparcía hasta
una lejanía – ¡inadmisible! –
¿cómo se ha extinto?
¡Inicua! ¿Entiendes el
caótico enredo en el que
se ha quedado la oscuridad?
Dialéctico, tu extinsión
es el comienzo de
superadores bríos.
Humberto Ankli López Amida
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Viene y va el invierno
enero 27, 2009
Viene y va el invierno
al transcurso del tiempo,
como ojos que palidecen ante
el momento culminante.
¡Oh! Sin embargo, en ocasiones
el otoño se puede perpetuar,
como si fuese una obra de magia.
Cuando su transcurso
se torna mortífero,
hay que — ¡por menesterosidad! —
tranquilamente esperar su
trágico cause.
Como con justeza,
un benévolo amado,
quita de sus entrañas
la mujer por la que
— ¡aún estando en muerte! —
vive, se desenvuelve.
Dolor… e incógnita.
Ecuánime, el amado
se desprende.
Humberto Ankli López Amida
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Párate sin suspirar
enero 19, 2009
Párate sin suspirar,
camina sin pensar;
Vive sin vivir:
premisa de la animal condición;
no inhales el espectro
— ¡enjundioso! —
de la brisa
matutina: satisfacción venerable.
Corre sin ver el suelo,
el transcurso de tu
recorrido;
viaja sin pasión a lo
largo del mundo;
Deniega la libertad
— ¡bello principio! —
y crúzate de brazos
cuando el tirano,
con fusil en mano,
arrebate la existencia
a los valientes.
Tu sobrevivencia quedará
en manos ajenas:
Tu irremediable condición
despojará tu vida,
estando en vida.
Humberto Ankli López Amida
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Ay viva Victoria
enero 13, 2009
Ay viva Victoria,
que entras por la puerta
del cortado orificio que
perforé con mis dedos,
de mi centro corporal.
Llena de supremas
esperanzas que fungen
en la verdad.
Clara llama de la
existencia divina de la humanidad;
sepulturera de la suspicaz
tiranía imaginaria y visible.
De la brújula, modus
vivendi del benéfico desenvolvimiento.
¡Victoria! Al acorde
grita la muchedumbre tu ilusionante
llegada; y yo, escuchando tu
advenimiento — ¡grandiosos acontecimientos! —
espero con pies doblados y mano
alzada tu balsámico céfiro.
Humberto Ankli López Amida
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Gritos desesperados de silencio
enero 11, 2009
Gritos desesperados de silencio,
sucumben ante la admiración de la naturaleza.
Los pétalos de las rosas inmaculadas,
cuan gritos iracundos
por la escasez de esperanza y espíritu,
claman a la nubes, cuan rayo al trueno,
una prolongación de la admiración.
Humberto Ankli López Amida
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Como aurora entrando
enero 10, 2009
Como aurora entrando
por la ventana, con pies desnudos,
alma descubierta y corazón agrietado;
como viajando de una lejanía
inalcanzable para los terrícolas.
La belleza de tu encanto
— ¡inconcebida por los mortales! —,
reflejo inamovible de la noche,
se esparce por el cubículo.
Humberto Ankli López Amida
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Camino, sin rumbo definido
diciembre 29, 2008
Camino, sin rumbo definido
por entre desérticas calles;
murmuro tu nombre en el vacío;
grito en los valles la negación del olvido.
Me desnudo ante tu hermosura;
mi cuerpo se libera
con amor concienzudo;
tus ojos, como perlas:
el no verlos como el complejo absurdo.
Pero — ¡si miento que me quede perplejo! —,
a merced de interrumpir el paso
solitario de las calles;
y susurrar en mi transcurso por el suelo
tu sublime nombre;
desvalijar mis prendas orgullosamente
por tu bella textura;
expresar la negativa al abandono
de mi memoria…
sabrás la inmensa profundidad
del vasto mar:
caminarás a la inversa
y volverás a amar.
Humberto Ankli López Amida
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Triunfo
noviembre 26, 2008
Ven, tranquila, a mi lecho.
Mi alma espera grandilocuente
tus caricias.
Lentamente camina con mi
alma, sin pena ni arrepentimiento,
al magnánimo lugar ardiente,
como el hogar de Hades,
y confortable como el
paraíso terrenal.
Sin pena ni arrepentimiento,
recae tu cuerpo en el sillón;
y, sin mirar a la ventana,
tardando en desnudarte
-dejando a la intemperie
la imaginación que alimenta
al amor-
pon tus ojos en mi mirada.
Subamos libérrimamente,
sin pena ni arrepentimiento,
a la cama:
juntémonos como si
estuviésemos en una
recíproca morada.
Humberto Ankli López Amida
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Sin título
noviembre 7, 2008
Observando las pálidas nubes que navegan sobre el cielo,
como el barco sobre el mar;
mientras minuciosamente leo poemas,
¡cuán gratitud! que me recuerdan tu espíritu,
similar a cuando el relojero la apasionan las manecillas;
y el navegante ¡cuán valentía! viaja,
sin rumbo fijo, a donde el destino y las olas lo limiten;
el pescador, con caña en mano, en búsqueda
inicua del pan:
sólo sé, ¡oh si miento!,
que el amor es profundo;
la contradicción inherente en el imán
es como la paradoja del sentimiento amoroso.
Y, al fin, cuando idealismo irrealizable
en una utopía lejana e inalcanzable,
veo aterrizado el sentimiento,
encontrado -¡largo trayecto!-,
puedo caminar como en el simulacro del oasis,
en el suave y áspero suelo del agua;
todo amado por su ser pelea -¡pues el mismo
[espíritu ronda en un lugar recíproco!-,
siendo, el par, uno solo;
con justeza aspira a su felicidad
-pero, ¡sepan!, causando su desgracia-;
veo, sin embargo, tremenda realidad.
Los sueños -¡belleza viviente de las aspiraciones humanas!-
son parte de la realidad.
Humberto Ankli López Amida
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Con dedicatoria:
octubre 8, 2008
Estrepitoso estruendo,
que viaja por entre las nubes,
ven a mí como toda mujer a su amado.
Al paso del tiempo,
bien lo sabe la historia,
puedes caminar,
volar y cruzar el universo.
Mas no convencido totalmente,
podrás descender,
aterrizando entre las montañas.
Humberto Ankli López Amida
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Juro, por cuando veo por allí
septiembre 20, 2008
Juro, por cuando veo por allí
que los sentimientos,
lúcidos por naturaleza,
son complejos.
La existencia de una dualidad
sólo explica la diversidad.
La pluma de mi existencia
se ve reflejada en mis sentimientos,
dándolos por polos negativos y positivos.
Y la cumbre de mis sentimientos actuales,
de mis expresiones internas,
las concentro en ti.
El líquido se dirige hacia
el infinito.
Humberto Ankli López Amida
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